Cómo saber cuál es la voluntad de Dios para mí

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Hoy en día el padre Paul Boudreau ministra a las personas
de Beaumont, California. A veces llega a los eventos
parroquiales en su antigua moto de carreras restaurada.

UNO DE ESTOS DÍAS van a desarrollar una tecnología que responda la pregunta, “¿Cuál es la voluntad de Dios para mí?” ¿No sería genial? Imagina que tu teléfono celular suena y en el identificador de llamadas aparece “Voluntad de Dios”. O tal vez un mensaje de texto o un IM. ¿No hay un blog o una sala de chat por ahí llamada “Voluntad de Dios”? ¿Podemos encontrar un video de la Voluntad de Dios en You Tube?

Dios sabe que estamos buscando por todas partes. Encontrar la voluntad de Dios es realmente importante para los que amamos al Señor y queremos vivir nuestras vidas de acuerdo al propósito de Dios para nosotros. “Porque el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre” (Marcos 3:35). Esa es la gente que queremos ser.

Pero sin un correo electrónico de jcristo@voluntaddediosparami.div quedamos librados a nuestra suerte. Sin embargo, buscando entre nuestros recursos encontramos muchas cosas que nos ayudarán.

Tenemos la Biblia, la Palabra de Dios que “ha sido escrita para nuestra instrucción, a fin de que por la constancia y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza” (Romanos 15:4). Tenemos la enseñanza de la iglesia, la tradición de sabiduría transmitida a lo largo de los siglos que nos dice, “Con la oración podemos discernir ‘cuál es la voluntad de Dios’ y obtener constancia para cumplirla” (Catecismo de la Iglesia Católica, núm. 2826). Y tenemos nuestra propia historia personal que podemos mirar en retrospectiva, y ver la voluntad de Dios hecha en nuestras vidas. Ahora, ¿puedes superar eso?

La voluntad de Dios en la Biblia

San Pablo escribió en Efesios 1:9 que Dios “nos hizo conocer el misterio de su voluntad, conforme al designio misericordioso que estableció de antemano en Cristo”. Bueno, eso está súper. En otras palabras, ya conocemos la voluntad de Dios. Está dicha en algún lugar profundo dentro de nosotros, en la parte secreta de nuestros corazones donde Dios es conocido y encontrado. Es donde se genera el amor de Dios en nosotros, en nuestros más fuertes deseos, a donde vamos en oración, donde sabemos lo que es bueno y correcto para nosotros.

Cuando era joven, muchísimo más joven de lo que soy ahora, me moría de ganas de servir a Dios en mi vida. Pero en verdad no sabía cómo hacerlo. Recuerdo haber pasado horas en oración, anhelando a Dios, deseando saber la voluntad de Dios para mí. Supliqué y rogué a Dios que me mostrara el camino. Todo lo que conseguí fue silencio. Yo no sabía en ese momento que el silencio era la voz de Dios que hablaba tan profundamente en mí que mis oídos no podían escuchar.

Pero de todas esas noches solitarias clamando por Dios, un camino se me presentó. Yo quería grandes carteles que dijeran, “Este es el camino”, pero en cambio obtuve sutiles impulsos. Una oportunidad se presentó aquí, una puerta se abrió allá, algo que leí me interesó, una conversación con un amigo me picó la curiosidad. Poco a poco fui animado en pequeñas formas a convertirme en lo que Dios me estaba llamando a ser. Los resultados a menudo me sorprendieron y algunas veces me alarmaron, pero siempre me sentí pleno y satisfecho con el camino al que Dios me estaba guiando.

La voluntad de Dios en la iglesia

Cuando nos involucramos plenamente en la vida de la iglesia, a través de la oración, a través del estudio de la Biblia, a través de la participación en las devociones, y particularmente a través de la celebración de la Eucaristía, constantemente estamos siendo formados en la voluntad de Dios mediante la fe.

Pero la fe no es suficiente, porque “la fe sin obras es estéril” (Carta a Santiago 2:20). Necesitamos practicar nuestra fe. Cuando se nos alienta a hacer algo bueno o nos vemos tentados a hacer algo malo; cuando nuestros pensamientos, palabras y acciones son desafiados a cumplir con lo que es correcto, esas son las oportunidades que tenemos para seguir la voluntad de Dios. “No tomen como modelo a este mundo”, les dijo San Pablo a los romanos (12:2), por el contrario, transfórmense interiormente renovando su mentalidad, a fin de que puedan discernir cuál es la voluntad de Dios; lo que es bueno, lo que agrada, lo perfecto”.

Cuando estaba buscando mi vocación por Cristo yo no pertenecía a ninguna iglesia. Leía la Biblia y pensaba mucho sobre Dios y Jesús y el Espíritu Santo, pero en realidad no tenía una comunidad de fe. Ni practicaba mi fe en la adoración. Me sentía un poco a la deriva y no podía enfocar mi mente en una dirección clara. Pero cuando comencé a regresar a la iglesia la visión de mi vida se comenzó a aclarar. "’Si alguno cumple la voluntad de Dios, a ese le escucha’ Tal es el poder de la oración de la Iglesia en el Nombre de su Señor, sobre todo en la Eucaristía” (Catecismo de la Iglesia Católica, núm. 2827).

La voluntad de Dios en nuestra historia personal

Realmente es un reto ver la voluntad de Dios en nuestro futuro. Pero viendo nuestras vidas en retrospectiva no es difícil ver a Dios trabajando a través de todo cuanto experimentamos, lo bueno y lo malo.

A veces pensamos que Dios sólo se queda con nosotros por nuestras buenas obras, y que la evidencia de la bendición de Dios es nuestro éxito. Pero no es cierto. Dios está siempre con nosotros, a través de los caminos torcidos y los rectos, los éxitos y los fracasos. San Pablo escribe en 2 Corintios 5 sobre la carga de sus debilidades humanas, y concluye en el versículo 10 que él está contento con su debilidad por amor a Cristo, porque “cuando soy débil, entonces soy fuerte”.

Es Cristo quien soporta la cruz de nuestras debilidades humanas, y carga el peso de nuestros errores, sufriendo y muriendo por nuestros pecados. Sin embargo, Él se levanta de nuevo para continuar el viaje con nosotros. Así que ahora “Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, de aquellos que él llamó según su designio” (Romanos 8:28).

El sacerdocio es mi segunda carrera. Mi primera carrera, mi profesión durante 10 antes de ingresar al seminario y ser ordenado, era correr motocicletas. ¿Era ésta la voluntad de Dios para mí? Bueno, ciertamente no consulté con Dios cuando decidí competir en carreras de motocrós. Pero en retrospectiva, creo que se convirtió en la voluntad de Dios para mí. Fue ahí donde conocí la alegría de la vida y la emoción de lo extremo. Estaba buscando mi felicidad, tratando de cumplir con el deseo de mi corazón. Eso me condujo a Dios.

En el Catecismo de la Iglesia Católica dice que la gente tiene un “deseo natural de felicidad. Este deseo es de origen divino. Dios lo ha puesto en el corazón del hombre a fin de atraerlo hacia él, el único que lo puede satisfacer” (núm. 1718). Eso está súper, también. Significa que los buenos deseos en tu corazón y en el mío vienen de Dios. ¿Quieres saber cuál es la voluntad de Dios para ti? Mira en tu corazón. ¿Cuál es tu verdadero deseo? Sigue ese deseo; haz lo que amas.

Esto puede significar un montón de cosas. ¿Quieres ir a la escuela de medicina? Hazlo. ¿Quieres ser maestro? Hazlo. ¿Quieres ser patinador artístico? Hazlo. ¿Quieres aprender chino? Hazlo. ¿Quieres unirte al Ejército? Hazlo. ¿Quieres convertirte en sacerdote, hermana o hermano religioso? Hazlo. Hacer lo que desea tu corazón mientras te mantienes cerca de Dios en la oración y mientras permaneces conectado a la iglesia te guiará a Dios, incluso si no siempre lo sientes así.

Una de las partes más difíciles de hacer la voluntad de Dios es que a veces tienes que ir contra la voluntad de tus seres queridos, como tus padres o tus amigos. Incluso los mejores padres tienen expectativas para sus hijos. Mis padres querían que yo fuera un profesionista en algún campo, pero te puedo asegurar que no era en motocrós. Y cuando les informé a mis amigos que me iba a convertir en sacerdote, pensaron que estaba loco. Pero yo creía que era la voluntad de Dios para mí, y lo hice. Y créanme, no podría ser más feliz.

El Padre Paul Boudreau es un sacerdote de la Diócesis de Norwich, Connecticut, y coautor con Alice Camille de The Forgiveness Book de ACTA Publications.

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